Cybersyn: la utopía tecnológica que soñó Chile

Cybersyn: la utopía tecnológica que soñó Chile

En 1971, en un día lluvioso y algo gris en Londres, Stafford Beer, un respetado científico experto en cibernética, recibió una inesperada llamada telefónica desde Chile. Al otro lado de la línea, Fernando Flores, un ingeniero visionario, le proponía algo inédito: viajar al otro extremo del mundo para desarrollar un sistema revolucionario de gestión y control económico que cambiaría para siempre su vida y su carrera profesional.

Intrigado por la propuesta y la posibilidad de llevar sus teorías del laboratorio a la realidad, Beer aceptó viajar a ese lejano país latinoamericano para crear lo que hoy conocemos como Proyecto Cybersyn o Synco, un sistema de gestión cibernética único en su época.

El desafío era titánico: diseñar un sistema innovador para monitorear y gestionar, casi en tiempo real, la economía entera de un país. Una red de teletipos conectados a una sala central recibía datos desde todo Chile, recopilando información desde fábricas, industrias y centros productivos, permitiendo así visualizar en tiempo real el estado económico del país.

En el corazón del proyecto había una futurista sala de operaciones. Aquel espacio parecía sacado directamente de una película de ciencia ficción. Beer y su equipo se encargaron de que todo estuviera interconectado, facilitando decisiones ágiles basadas en datos concretos, no solo intuiciones.

La primera gran prueba llegó inesperadamente en octubre de 1972, cuando una paralización sindical amenazó con paralizar las cadenas de suministro del país. Fue la primera vez que Cybersyn se puso a prueba en una situación crítica real. Stafford Beer, en conjunto con el equipo chileno liderado por el Subsecretario de Economía Fernando Flores, utilizó el sistema para recolectar información en tiempo real desde distintos puntos del país. Esto permitió, en cuestión de horas, reorganizar la logística, distribuir recursos esenciales y mantener en movimiento sectores clave.

Fue un éxito rotundo, demostrando la efectividad de la cibernética aplicada a la administración en situaciones críticas. Aunque el Proyecto Cybersyn no logró sobrevivir a la agitación política que vino después, su legado quedó intacto: demostró al mundo que era posible gestionar un país de forma inteligente, ágil y eficiente, usando tecnologías que, para la época, parecían imposibles.

Hoy, más de 50 años después, vivimos una realidad que evidencia la falta de coordinación entre poderes del estado, pero magina si aplicáramos ese mismo espíritu innovador con las herramientas tecnológicas actuales: inteligencia artificial, análisis predictivo y sensores IoT. ¿Qué problemas sociales y económicos podríamos resolver de manera más ágil y eficiente?

La historia del Proyecto Cybersyn no solo es un relato fascinante del pasado, sino una invitación directa a reflexionar sobre cómo hoy, con aún mejores herramientas, podemos generar soluciones innovadoras que impacten positivamente en nuestro futuro.

La verdadera innovación no está en la tecnología en sí, sino en la visión, el coraje y la voluntad de probar algo nuevo. ¿Qué esperamos para comenzar?

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